Fanfiction: Cuando el amor llama a tu puerta

Cuando el amor llama a tu puerta

Un reino dependía de él para salir adelante más allá y brillar en la oscuridad que les rodeaba. Los romanos se habían marchado y los sajones querían su territorio tenía que ser capaz de cumplir con todas sus obligaciones pero en su cabeza sólo estaba ella.

Ella era su única preocupación en su presencia se sentía tan pequeño y tan nervioso su seguridad se desvanecía y ella sabía el poder que tenía sobre el y le gustaba.

Uther no se lo permitiría pero por la dulce muchacha haría lo que fuese y el día en que la acuso de hechicería pudo ver claramente las consecuencias de seguir los dictados de su corazón. La perdida de su hermana había destruído al rey y no tenía tiempo para  podía pensar en el mismo pero su corazón se impacientaba porque sabía que Lancelot la pretendía.

Gwen sabía que el la amaba pero ella era una simple sirvienta. Los soberanos de los  otros  reinos  no estarían de acuerdo con su enlace y esto tendría que ser después de la muerte del actual rey. Ese pensamiento no le gustaba porque no quería que él sufriera pronto otra perdida más.

Aquella mañana no iba a ser como otra cualquiera porque grandes cambios se avecinaban. El rey había concertado una entrevista con el rey Giles para anexionar los reinos con la boda de los herederos el enlace se realizaría dentro de 7 días.
Arturo trato de oponerse a su padre y sólo logro que éste lo pusiera en el calabozo hasta dos días antes de la boda.El príncipe estaba desolado. Merlín lo sabía pero su magia no podía intervenir en las decisiones de Arturo como Gaius le había dicho.

-¿Que voy a hacer Merlín?

-¿Usted quiere a Gwen?

-    Claro que la quiero pero le debo lealtad al Rey. Si yo no hago visible la misma ¿ cómo lo harán los súbditos?. Eso dará a pie a acciones tan infames como las que realizo mi hermana.

Esa comparación golpeo el pecho del joven mago y lo dejo sin aliento. Morgana se había vuelto un nombre prohibido en el reino y su corazón de manera inexplicable la necesitaba cada vez con más ansia.
Aparto esos sentimientos de su mente. Tenía que cumplir su objetivo en la vida ser guía de Arturo y debía ver si había algún articulo en los libros que sirviera de precedente para evitar el casamiento.

La penúltima noche antes de que llegaran los reyes. Arturo se escapo del castillo para casa de su bella dama. Ésta le dejo pasar. La morada se lleno de un silencio profundo. sus miradas se cruzaron y el trato de hablarle pero las lágrimas no le permitían articular palabra.

-    Y si ahora me abrazas, estaremos abrazados por siempre y sólo estaremos haciendo lo correcto porque nunca estaremos equivocados. Hoy comienza el por siempre.
-    ¿ De que hablas? Le dijo la muchacha.

-    Quiero dejarlo todo huir contigo

Esa respuesta la tomo de sorpresa cuando quiso oponerse a esa idea el muchacho le dio un beso suave y apasionado que la dejo sin aliento.

-    Quiero que seas mi esposa – le dijo con una sonrisa y una mirada que desprendía verdadera inocencia .

-    Siiii ¡! – le dijo sonriendo con cierta amargura.

Después de un largo beso y un abrazo . Resolvieron pasar la noche en Camelot y partir al alba antes que la guardia real los pudiera encontrar.

Aquella noche ambos compartieron lecho pero como todo gran caballero puso en el medio de la cama  su espada para honrar a la dama.Ella era un amor puro y por ello debía respetarla.

Pero antes que el se despertara, le dio un beso de despedida. La dulzura y el dolor la invadían.

-    Deséame suerte, lo mismo para ti mi dulce príncipe.

Y  así partio hacia los bosques de Camelot hasta que el casamiento se realizara. Así él no podría intentar nada con ella por respeto a su esposa.

Merlín se paso toda la noche averiguando en la biblioteca sólo podía salvar a Arthur que la muchacha tuviera un amante. Si se descubría que esta ya había tenido el más mínimo escarceo con cualquier joven.

Fue corriendo hacia los aposentos del príncipe y encontró una nota en la que se despedía de él y le agradecía su servicio pero que debía irse con su amada.
Su cabeza comenzó a dar vueltas vio que el alba estaba apareciendo y velozmente fue a casa de gwen para encontrar a un Arthur destrozado.

Con lágrimas en los ojos le dijo: Se ha ido me juro que me amaba y se ha marchado.

-    Siento decirle señor que al menos uno de los dos tuvo juicio. No habeis pensado en la responsabilidad que tenéis en los hombros. Sois el heredero. Vuestro pueblo necesita vuestra protección. ¿ ibais a permitir que hubiera otra guerra interna cuando los sajones nos siguen invadiendo?.

La cara del joven se  volvió seria y todos esos razonamientos lo hicieron volver a la realidad. Sonrió a  su amigo. Tenéis razón.

Por la tarde llego la delegación de Giles .  La princesa Tara era preciosa y su padre todo un caballero. Hubo un gran banquete en el reino. Dejaron a los principes pasear por el bosque solos para que se conocieran un poco más.

Tara era inteligente, distinguida y preciosa. El lo podía apreciar pero ella no era Gwen.
Disfrutaron del paseo. A la vuelta la damisela le pidió que atrasaran al menos un día la boda que no se sentía todavía preparada para el paso y a decir verdad el tampoco. Así que lo dispusieron.

Mientras tanto Merlín hacía nuevos amigos. El fiel caballero del Rey, Walter, le había estado observando durante la cena y se vio reflejado en el. El amaba a la princesa pero la cuestión era si ella le amaba a él y hasta donde había llegado su entrega.

Por los métodos tradicionales lo único que logro averiguar es que sus sospechas del amor del plebeyo por la princesa pero nada más.
A sólo unas horas de la boda decidió hacer magia pero la pócima no surtió efecto. Ya frustrado y ayudando a un nervioso Arthur se le ocurrió un último recurso que era bastante peligroso porque lanzar un conjuro de la verdad implicaba que él también podía sacar a la luz sus secretos más profundos.

La corte lucía realmente hermosa con las flores y la alfombra roja el príncipe esperaba al pie del trono mientras que los aristócratas rodeaban la estancia. Por la puerta principal aparecía la novia y detrás de ella un conjuro era lanzado.

Iban a casarse según la religión en ascenso, la cristiana, cuando el sacerdote hizo la pregunta clave: ella sólo dijo “ tus pies te llevaran allí donde este tu corazón”  y sin mediar palabra beso a Walter ante la indignación de todos. El padre pidió la cabeza del caballero y ambos tuvieron que salir huyendo del reino.

Así que una vez más Merlín ayudo a Arthur pero a costa de que la pobre princesa se quedara sin reino y repudiada públicamente. El joven mago estuvo pensando mucho en esa relación y comparándola con la del heredero. El podrá cambiar ese destino pero la mujer lo tenía mucho más difícil en un mundo de hombres.

Cuando las noticias llegaron a Gwen volvió a Camelot reconfortada y contenta. Lancelot la trajo de vuelta junto al Príncipe. Ese triangulo sería una constante en su vida pero el sistema de lealtades entre ellos jugara un papel importante aunque aún no lo sepan.

Cuando una vez más se encontraron en un punto ciego del castillo donde nadie los podía ver el principe la beso con ternura y le dijo:

-    Tienes mi corazón, mi alma y mi ser . Todo te lo estoy dando. Eres la elegida y serás mi mujer porque no podría pasarme el resto de mi vida al lado de alguien que no fueras tu. Tu haces que yo me eleve y me trasforme en lo que debo ser.

-    ohhh mi querido Arthur… yo también te amo. Os prometo que seré una reina a vuestra altura . Os esperare  siempre .


Ya bajo la oscuridad que entraba por la ventana sellaron con un beso el pacto que estaban realizando. El de prometerse ser felices para siempre. Pero siempre nos olvidamos que esa promesa no se puede cumplir.